Jazzaldia, nombre con el que se conoce al Festival de Jazz de San Sebastián se ha convertido para mí en una de las citas imprescindibles para no ausentarme de la ciudad.
Este año me gustaría que fuese un punto de encuentro con amig@s a los que hace tiempo que no veo. Como la mayoría estamos en época de crianza de niños es probable que nos juntemos en alguna de las actividades que se diseñan para los más jóvenes, en el Txikijazz (http://txikijazz.com/es/), que van desde talleres musicales, de construcción de instrumentos, bailes, pintada de caras hasta conciertos. No hay nada mejor que tirarse en la alfombra verde y escuchar música de calidad. Además desde que contamos con el estupendo edificio de Tabakalera las actividades se comparten con el Kursaal.
Pero si me centro en el entorno, un marco incomparable es la Playa de la Zurriola sobre la que se levanta el escenario verde, el más grande. Anocheciendo, al ritmo de la música la ciudad se va iluminando y desde la arena vemos como aparecen pequeños puntos de luz en el Monte Ulía, que seguro también escucha.
El mar va desapareciendo y la música se crece y se diluye en el espacio abierto que es la playa y sabe, sí, la música sabe, nos sabe a agua con sal.
En otras ocasiones he podido disfrutar de conciertos como los de "The Communards" "Gloria Gaynor" o "Jamie Cullum" que por cierto vuelve esta edición.
Y me encanta pasear por el área del Kursaal y visitar los diferentes escenarios; es un lujo al alcance de todos. Los conciertos gratuitos se suceden y los privados se dejan para los escenarios tradicionales como el propio Kursaal (en el interior), el teatro Victoria Eugenia, la Plaza de la Trinidad (por ejemplo con Diana Krall) pequeños locales de copas etc... pero además hay otros escenarios repartidos por la ciudad y en los que podremos ver otras actuaciones gratuitas (https://www.sistersandthecity.com/agenda/heineken-jazzaldia-extra/).
Los músicos callejeros también están presentes y no me suelen dejar indiferente; llegados de cualquier parte del mundo ponen su granito de arena y su música, muchas veces de gran calidad.
Los escaparates de algunas tiendas se decoran con la temática del festival y hasta se elaboran algunos pinchos imaginados para esta ocasión.
Ya sólo nos faltaba Woody, no el de Toy Story sino Allen que también estos días rueda su última película en Donosti. ¿Sonará su clarinete en algún lugar de forma espontánea? Quién sabe...
Esta semana la ciudad estará llena se sorpresas...